martes, 30 de octubre de 2012

Propuesta para la reforma del Código Civil presentada ante la Comisión Bicameral del Congreso de la Nación de la República Argentina. (Editado Enero 2013)

El 15/10/2012 se presentó una ponencia ante la Comisión Bicameral Para la Reforma, Actualización y Unificación de los Códigos Civil y Comercial de la Nación.
La ponencia, que propone el reconocimiento de Derechos Básicos para los Animales, fue defendida en la Audiencia Pública celebrada el 17/10/2012 en la Universidad de La Matanza. Hasta tanto se cuente con el vídeo oficial y la versión taquigráfica, compartimos el siguiente vídeo con el que contamos gracias a la generosidad de Hernán Salatta y Gustavo Pillado a quienes tributamos nuestra gratitud por el trabajo, la presencia y el apoyo.



Aquí puede consultarse la ponencia completa:



http://ccycn.congreso.gov.ar/export/hcdn/comisiones/especiales/cbunificacioncodigos/ponencias/lamatanza/pdf/LM_050_GERARDO_BIGLIA.pdf

Esta es la transcripción de la exposición según la versión taquigráfica recientemente disponible en:

http://ccycn.congreso.gov.ar/versiones/lamatanza/2012-17-10b.html


Moderador.- Bienvenidos a la audiencia pública que según la diputada Conti es la audiencia pública Balestrini.
Recuerdo a los expositores que tendrán 10 minutos para hablar. Y un momento antes de que finalice el tiempo, les voy a pedir que redondeen.
En primer lugar invito al señor Juan Pablo Flores….
….
Moderador.- Invitamos al señor Gerardo Biglia.
Sr. (Biglia).- Mi nombre es Gerardo Biglia, soy abogado independiente y dedico gran parte de mi tiempo a hacer activismo en favor de los derechos de los animales.
Vengo a hablar de muchos de los temas que escuchamos acá, pero vengo a hablar de beneficiarios diferentes. Hubo una época en la que sabíamos muy poco –o no sabíamos nada acerca de los animales y fue así que comenzamos a construir un muro para separarnos de ellos. A medida que fuimos engrosando el muro, y nos fuimos olvidando, empezamos a dominarlos, explotarlos y servirnos de ellos.
Cuando el hombre se dio cuenta de que podía dominar y gobernar a los animales, comenzó a dominar y a gobernar a otros seres humanos, a otras naciones. Los hermanos de los pueblos originarios que hablaron antes saben muy bien lo que es estar del otro del muro, del lado de los que no tienen derecho. Porque ese muro no lo vemos los que lo construimos, ese muro lo ven los que están en la marginalidad. Así fue que siempre se encontró una excusa para ir pasando de aquel lado del muro a otras personas, por cuestiones de género, de raza, de enfermedades mentales, de edad o simplemente por cuestiones de poder, por territorio, para apropiarse de sus bienes o de sus dominios.
Con el paso de estas ideas en un principio brutales, y, poco a poco, con la reflexión, empezó a surgir la idea de que, en realidad, esos seres marginados no eran tan diferentes de sus carceleros, que se les parecían bastante y fue otra vez ganando terreno la idea de la igualdad, una igualdad muy particular, para la persona humana. Vuelvo a citar el ejemplo de los pueblos originarios, porque nos acostumbramos a definir al ser humano como el hombre occidental y cristiano el hombre blanco occidental y cristiano , pero fuimos reconociendo y modificando el statu quo que habíamos creado con ese muro. No en vano suele decirse que el derecho está demasiado cerca de lo que decae y demasiado lejos de lo que va surgiendo.
El derecho termina muchas veces siendo una herramienta para mantener el statu quo. El statu quo, a su vez, tiene a las fuerzas conservadoras de su lado, que están ejerciendo ese poder, pero este derecho resulta que no fue eficiente, no tuvo una capacidad de rendimiento que le permita, ni siquiera, proteger a sus primeros beneficiaros los humanos de regímenes totalitarios, porque era un derecho que se justificaba a sí mismo, así era ley lo que el Führer decía que era ley.
Es muy importante que para hablar de los animales tengamos que hablar de los derechos humanos, porque lo que vino a traernos la ideología de los derechos humanos es la necesidad de buscar una fundamentación ética prejurídica, un argumento que esté fuera del derecho, un argumento a través del cual podamos decir que el derecho sólo se justifica, se legitima o se realiza en la medida en que cumple con esos valores éticos prejurídicos. Y esto ¿por qué? Porque el derecho cuando se justificaba a sí mismo no se detenía ni siquiera ante el respeto de la personalidad jurídica, con lo cual este movimiento y esta ideología de los derechos humanos nos viene a traer un bastión ético que fue la dignidad como valor prejurídico, que fue lo que nos permitió también darle a la personalidad jurídica, una categoría prejurídica.
El concepto de dignidad lo que ocurre cuando lo vemos en su faz positiva tiene muchísimas aristas y termina cayendo en muchas ambigüedades, con lo cual se pueden usar muchas de su acepciones.
Aquí nos importa que sí hay consenso desde todos los puntos de vista en la faz negativa, la indignidad. Se define la indignidad como la instrumentalización, la tortura, la privación, la vulneración de la intimidad, la cosificación, la injusticia, la explotación mecánica de seres humanos, la crueldad, la guerra, el hambre, la humillación o la vejación. Todos estos hechos de la vida son indignos o pueden situarse bajo la expresión de indignidad. Si lo entendemos como intolerable es porque creemos que el ser humano es acreedor de un respeto, es merecedor de una consideración que en estas prácticas se vulnera.
Los instrumentos de derechos humanos parece que nos están dando la razón en esta idea. Parece que para hablar de los animales siempre necesitamos de algún modo reconducirnos a términos humanos y poner las cosas en perspectiva humana, por eso es muy importante destacar esta cuestión de la ideología de los derechos humanos, porque, en realidad, cuando protegen al ser humano de la indignidad, lo que lo están protegiendo, lo que están reivindicando son los valores más básicos que tiene el ser humano y que no pasan ni por su forma de conducirse en dos patas, ni por hablar un determinado idioma. Básicamente, los instrumentos de derechos humanos nos están protegiendo de padecer sufrimientos ilegítimos.
Ahora bien, decíamos al principio que en un comienzo no sabíamos mucho de los animales, pero hoy no sé si sabemos mucho o poco de los animales, pero sabemos que tienen un sistema nervioso central, sabemos que pueden experimentar el dolor y el placer y sabemos que pueden identificar ese dolor y ese placer como una experiencia individual.
Sabemos también que los animales no actúan por puro instinto, que desarrollan sus conductas orientados a promover las situaciones que los alejan del dolor y que lo acercan a su bienestar. Aclaro acá que no uso la palabra bienestar en el sentido antropocéntrico del término lo que los hombres decimos que el bienestar de los animales es sino hablo del bienestar visto desde los ojos de los animales.
Como se suele decir en la filosofía del derecho animal que en muchísimas universidades del mundo, por suerte se viene tratando el tema, en particular en las facultades de Derecho desde hace más de 40 años cuando alguien puede sufrir cumple con la condición necesaria para tener intereses. A su vez, al aceptar como hablábamos o como se dijo acá respecto de los derechos humanos también que los juicios éticos deben ser formulados desde una perspectiva universalizable, estamos aceptando que mis propios intereses o los de mi grupo de pertenencia, por el sólo hecho de ser mis intereses, no pueden contar más que los de cualquier otro. Es así que surge, desde la filosofía de los derechos de los animales, el principio de igual consideración de los intereses.
Si el derecho es un sistema de protección de intereses, para ser justo debe proteger a los intereses iguales de la misma manera.
En este punto, sabemos que los animales tienen un interés a la vida y ese interés es exactamente igual al interés que tiene el hombre en conservar la suya. Por eso no quiero repetir acá las cuestiones que hemos dejado en la ponencia y que hemos puesto en el articulado que trajimos. Sí sabemos que nuestro sistema está caduco porque pone dos límites muy importantes, primero trata a los animales como cosas y después, a través del derecho de propiedad, ejerce sobre esos animales un poder absoluto.
Cuando nosotros pedimos que los animales sean considerados sujetos de derecho, no estamos diciendo que son iguales que nosotros, estamos diciendo que son sujetos de los derechos que representan sus propios intereses, son sujetos de su propia vida. Muchos países han dado este paso. Yo no había nacido cuando se dictó la ley 17.711, no sé si voy a vivir cuando se vuelva a reformar el Código Civil, por eso creo que ésta es la ocasión histórica que tenemos de ponernos a mirar el futuro de frente o de quedarnos anclados irremediablemente en el pasado.
Además, necesitamos dejar en claro que no estamos para pedir a todos que amen a los animales, pero sí estamos para poder exigir que se respeten sus intereses. Asimismo, quiero decir que también es muy común que se crea que como los animales no tienen derechos la gente que los defiende tampoco tiene derechos y por eso en cada manifestación un activista termina internado o perseguido o amenazado y ahí estamos comprometiendo también intereses humanos. La violencia siempre es violencia, se ejerza contra un animal o contra una persona. Las cárceles siempre son cárceles, así sea que los zoológicos tengan jaulas o no.
Yo no puedo exigir que reformen el Código Civil, sí puedo proponerle a la comisión y al público presente porque el público, nosotros, somos los que armamos las masas críticas y corremos las fronteras de la libertad , que hagan un ejercicio: que se acerquen a un lugar donde haya animales en cautiverio, le sostengan la mirada cinco minutos a un animal que está enjaulado y si después ustedes pueden seguir con su vida yo no les voy a pedir nada más. (Aplausos.)…
….



Agradecimientos Especiales a: Gabriela, Helena, Marisa y Gustavo (www.zoomorfosis.com.ar),al CPCA, Susana Dascalaky y Jorge Demarco (www.cpca.org.ar); a Elisa Rosa (Salta), Ivalú Turnes (La Pampa), al  C.P.A.C.F., al C.A.S.I., a la Sala de Derecho Animal del Colegio de Abogados de Córdoba, al Colegio de Abogados de Moreno, a Carolina Pallotto y demás colegas del Colegio de Abogados de Morón; a los colegas que en cada Colegio luchan por la creación de comisiones e institutos de Derecho Animal, a Verónica y Marcelo, a Anna Mulá de Barcelona, a Federico Nielsen, Valeria Mendez, Soledad Aparicio, Candela Coscia, Mariana De Vera, Tamara Brea, Hernán Salatta, Romina Mulieri (La Revolución de la Cuchara - Comando Verde), Eduardo Murphy (www.cadaa.com.ar), Roberto García, Gustavo Pillado y la gente de La Plata (en nombre de todos ellos: María Florencia), Fernando (Santa Fe), Lisandro (Rafaela), Alicia Scarone y sus compañeros, a los amigos de aquel Taller (por todos ellos: Alejandro, Stella Maris y Romina), a los que estamos olvidando, a todos los activistas que ponen el cuerpo y, muchas veces, su propia sangre por estas ideas, a los amigos que están desde toda la vida, a todos Gracias...

2 comentarios:

  1. Excelente Gerardo, clarificás muchas cosas que se ponen usualmente en discusión.
    Claro y contundente. Muchas cosas me gustaron pero destaco la parte en que exponés que a
    los animales no se les reconocen derechos y a quienes los defendemos...tampoco!
    Por un cambio de conciencia, a favor de la justicia en todos los ámbitos donde hoy falta.
    Seguiremos luchando en esta dirección.
    Felicitaciones!!

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    1. Gracias, tratamos de aprovechar esos minutos para decir cosas que no estaban en la ponencia, por eso pusimos la ponencia en un link aparte,
      Gracias por tu comentario.

      liberándolos.blogspot.

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Los comentarios son para aportar ideas, no se admitirá agresión ni violencia, propugnamos extender la principio de la igual consideración y la no violencia y lo aplicamos con humanos y no humanos.